Caer en bucle, llegar al final.
De chica en el parque de agua siempre me tiraba de ese tobogán cerrado del infierno, el que daba mil vueltas y no podías respirar.
Me tiraba deseando que llegara rápido el final, el cual también me daba terror porque nunca aprendí a cerrar bien la nariz. Así que el desenlace era siempre igual, tosiendo, media ahogada y preocupada por bajarme la bikini de la frente para que la vergüenza no fuera doble.
Ahí estaba, a varios metros de altura, ya no sintiéndome cómoda en mi cuerpo, muerta de miedo haciendo cola para pasar por lo que serían los minutos más largos de las vacaciones. Solo quería que terminara.
Estuve ahí sentada a punto de tirarme por ese tobogán tantas veces… yendo en contra de lo que mi cuerpo me decía, cruzando los dedos para que el aire no estuviera tan denso y corriera suficiente agua para no quemarme.
El comienzo de año se empezó sintiendo como ese tobogán, pero esta vez hay algo diferente, lo siento, todavía no se bien que es...
Esa fuerza que sentía contenida a punto de explotar está empezando a salir, como si el globo se hubiera pinchado y muy de a poco estuviera largando el aire.
Esta vez hay algo distinto, todavía no se bien que es…
Pero aunque haya momentos en los que tal vez me falte un poco el aire, esta vez decido tirarme y llegar al final.
Si estás atravesando el tobogán, no estás sola, juntas podemos pincharlo para dejar que entre luz y el aire no sea tan denso.
Ana.
Este mes te recomiendo,
Una artista / Violeta Maya - violetamaya_
Un podcast / Slow Talks by Anna Alfaro / Ep.24 l Dónde está el balance entre empujar y soltar.
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